Miel pura y la falsa información sobre su procedencia
Los consumidores se enfrentan a dos retos a la hora de comprar miel, el primero la falta de información en el etiquetado sobre el origen del producto y el segundo la importancia de adquirir una miel pura que no contenga aditivos que reduzcan sus beneficios y propiedades.
¿Cómo saber si la miel es pura?
Si bien en este video y artículo describimos algunos trucos caseros para determinar la pureza de la miel, y lo que ello conlleva, lo cierto es que son eso…trucos caseros. Sólo análisis específicos podrán realmente determinar la pureza de la miel.
Sin embargo, un consumidor habitual de miel, sabrá al instante si la miel que está consumiendo es o no es realmente miel.
La miel, si es miel pura, es uno de los productos alimenticios con un mayor prestigio debido a sus indudables beneficios para la salud. Pero este éxito tiene una cara negativa.
Algunos fabricantes sacrifican la calidad de este endulzante para abaratar costes mezclándola con aditivos con los que acaban de un plumazo con el concepto de miel pura.
Además, la legislación tan laxa que existe en España en lo referente al etiquetado ha impulsado a importar la miel de China por su reducido precio.
En este segundo aspecto resulta muy revelador el informe elaborado por la OCU en el que analizan 33 mieles que se comercializan en España y que arroja resultados cuanto menos sorprendentes.
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Te aseguran así su pureza, que no es tan fácil cuando compras en otros sitios como verás en los resultados del estudio de la OCU que te contamos a continuación…
Si bien muchos productos se etiquetan como 100% Españoles, no se indica si la miel ha sido sometida a algún proceso de pasteurización o ultrafiltrado. Cuando se calienta la miel a más de 45 grados, esta pierde gran parte de sus propiedades.
Lo mismo pasa con el ultrafiltrado de la miel, ya que al ultrafiltrarla eliminan el polen y con ello, muchas de sus propiedades.
Pureza de la miel
Además de la procedencia, otro aspecto a tener muy presente es el concepto de miel pura.
En cualquier producto alimenticio su carácter natural y la ausencia de aditivos son claves para medir su calidad.
En el caso de la miel estas variables adquieren una mayor relevancia.
El motivo es que la pureza del endulzante de las abejas es fundamental para que sus propiedades y beneficios permanezcan intactos.
La importancia, por lo tanto, de comprar miel pura es muy grande ya que, una miel con aditivos artificiales, pierde gran parte de esas características que la convierten en un producto tan beneficioso para la salud.
La pasteurización de la miel
Otro proceso que aniquila el concepto de miel pura es la pasteurización.
Este tratamiento consiste en calentar el producto a temperaturas que se mueven entre los 65 y los 80 grados centígrados.
El objetivo es evitar que la miel se cristalice con facilidad una vez envasada, aunque al mismo tiempo se reducen algunas proteínas. Además, también cambia el sabor y el color.
La pasteurización es una alteración muy perjudicial para la miel y totalmente innecesaria, ya que no hay que eliminar ningún tipo de microorganismo como sucede, por ejemplo, en el caso de la leche.
Sin embargo esto se hace (y sí está MUY extendido en el panorama Español, y mundial) para agilizar los procesos de envasado, crear uniformidad y poder mezclar mieles de distintos países, porque quede más bonito en las estanterías de algunas superficies.
Este proceso provoca que se maten todos los componentes activos de la miel, y por lo tanto…sus propiedades.
La miel si se calienta a más de 45 grados, que se estima es la temperatura a la que puede llegar una colmena…pierde muchas de sus propiedades.
Y por todo esto, la importancia de consumir miel pura, sin pasteurizar ni ultrafiltrar (eliminando así el polen de la miel) para beneficiarse de todas sus propiedades.
Trucos caseros para saber si una miel es pura
Al margen de la información que tenemos gracias al etiquetado, se dice que cada consumidor puede saber en su casa si ha comprado miel pura o no. Mediante una serie de sencillos trucos se detectan alteraciones como la presencia de algún aditivo o que haya sido pasteurizada.
Como te comentábamos al inicio del artículo, esto son «truquillos caseros» sin veracidad alguna, lo que realmente determinará la calidad de la miel es un análisis «en condiciones» 😉
Hay muchísimos tipos de miel, y cada uno procede de una flora diferente…y dependiendo si son monoflorales como la miel de tomillo, miel de brezo, miel de eucalipto, miel de azahar, miel de romero o multiflorales, claras, oscuras… tendrán una textura, sabor, color, cuerpo y olor…diferente, por lo que estos trucos no son para nada fiables.
Enumeramos los trucos que están más extendidos, por si alguien en algún momento te los comenta…estés informado y sepas que no valen para nada 😉
De hecho se dice que el único método veraz al 100% para determinar si la miel ha sido adulterada, es mediante los análisis de resonancia magnética nuclear
Prueba del dedo.
Se trata de un truco muy simple que se puede hacer después de comprar miel. Simplemente hay que poner un poco de este endulzante en el pulgar. Si se extiende solo por todo el dedo entonces no estamos ante miel pura, ya que en este caso se tendría que quedarse intacto en la yema.
No es verdad porque dependerá del tipo de miel que sea, de la temperatura…hay mieles que no cristalizan y son bastante líquidas. Si haces este truco un día de calor… la flora de la miel que será más o menos
Prueba de la cerilla.
Una característica que tiene la miel pura u orgánica es que es inflamable. Por eso este truco nos ayuda a saber si nos han dado gato por liebre.
Para ello hay que untar la punta de un fósforo en un poco de miel y luego intentar encenderlo normalmente. Si la llama aparece, entonces será un signo inequívoco de que es miel pura, ya que de lo contrario contendrá aditivos que lo impidan.
Con una cerilla también existe otro truco que consiste en calentar una cucharada con miel. Si el endulzante se derrite con normalidad entonces estaremos ante miel pura, pero si de lo contrario empieza a hacer ruidos y a crujir, la pureza brilla por su ausencia.
Prueba del papel secante.
Otra estratagema clásica es poner unas gotas de miel sobre el típico papel secante de cocina. En el caso de que el endulzante se absorba habrá que dudar sobre su pureza, ya que contendrá azúcares añadidos y un alto grado de humedad.
Pero si por el contrario las gotas de miel permanecen intactas sobre el papel, lo más probable es que estemos ante miel pura.
Prueba de las hormigas.
Existe también una creencia popular de que las hormigas pueden ayudar a saber si una miel es pura o no.
Estos insectos se sienten atraídos por este producto cuando contiene azúcares añadidos, pero no le hacen ni el menor caso cuando se trata de miel pura sin ningún tipo de aditivos.
Teniendo en cuenta que las hormigas, al igual que las abejas, son unos insectos muy inteligentes, no habrá que pasarlo por alto 😉
¿Dónde comprar miel pura de abeja?
Normalmente cuando se compra miel a apicultores locales de confianza, la garantía de que sea pura es absoluta. Por fortuna, su carácter natural y su buena conservación hacen que pueda ser envasada sin más.
Por lo tanto, es muy difícil que en este tipo de productos encontremos algún aditivo que altere su pureza.
Además, con esta compra de miel directa al apicultor, estaremos fomentando y apoyando la economía local y, al ser comercio de cercanía, también al medio ambiente.
La cosa cambia cuando nos plantamos en un supermercado y queremos llevarnos para casa un tarro de miel. En este caso hay que ir directamente a la etiqueta para saber con certeza si estamos adquiriendo miel pura o no.
Si vemos que se incluyen aditivos como glucosas, dextrosa, almidón, harina, algún tipo de jarabe o melaza entonces la pureza del producto desaparece de un plumazo.
Estamos ante lo que se viene denominando como miel falsa, algo que dista mucho de ser el endulzante original que fabrican las abejas y que, por lo tanto, carece de las propiedades y beneficios que posee la miel pura.
El etiquetado y el origen de la miel
La información sobre el origen de cualquier producto alimenticio se ha convertido en un aspecto clave en los últimos años. La carne, las verduras, las legumbres o el pescado llegan con su correspondiente etiqueta o sello que nos indica de dónde proceden.
Paradójicamente con la miel no ocurre lo mismo.
La Norma de Calidad de la miel en España es mucho más relajada en este aspecto y eso indigna a los apicultores locales. Por ejemplo, si un operador envasa un 95% de miel procedente de China y un 5% de España, la normativa le permite que en su etiqueta simplemente refleje “mezcla de mieles UE – no UE”.
Un dato demasiado genérico con el que el consumidor se queda sin saber de qué países, tanto de fuera de la UE como de la UE, viene esa miel que está tomando.
Esto ha propiciado una invasión de la miel de China en España y, por consiguiente, un grave perjuicio a los apicultores de este país.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado recientemente un estudio de 33 mieles (desafortunadamente, han quitado de su web el estudio…entiendo que si preguntáis por él, os lo facilitarán) que se pueden comprar en España y en el que informan de la procedencia de cada una.
Todas ellas se podrían considerar como miel pura, ya que la OCU asegura que cumplen estrictamente la normativa en lo referido a que no deben poseer ninguna sustancia o aditivo extra.
Sin embargo, los resultados en el nivel de frescura de la miel no han sido tan positivos.
Según el estudio de la OCU, muchas de las marcas más importantes hacen mezcla de mieles procedentes de la UE y de otras partes del mundo como Asia o América.
Es el caso de la Granja San Francisco, Eroski, Aliada, Helios, Carrefour, Aldi, La Dulce Abeja y Auchan El Pulgar.
Por su parte, Hacendado, Guadiala, Alemany, Gure Eztia y Eco Cesta envasan miel sólo procedente de la UE, mientras que Mel da Danta, La Caperucita, Extremiel, Gozo Gozoa se decantan exclusivamente por la que se produce en España.
El estudio concluye que las marcas que mezclan mieles de la UE y de Asia o América las ofrecen a un precio más bajo que las que envasan un producto cien por cien español.
Por ejemplo, los tarros de 1kg de miel UNIVERSO MIEL tienen un precio de 13 euros, son mieles procedentes de España.
Pero si nos vamos a la miel de Auchan, cuya procedencia es de la España y de China, el precio del tarro de 1.000 gramos es de 3,86 euros. Algo parecido ocurre con la miel Eroski Basic (procedente de España y de América) con un valor de 4,05 euros también el envase de un kilo.
El mejor consejo: confianza en quién compramos
Si quieres asegurarte la calidad de la miel que compras…en UNIVERSO MIEL puedes comprar mieles puras de calidad de apicultores locales Españoles.
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Una respuesta
La miel de la Granja San Francisco lleva trehalosa?