La miel, un ingrediente clásico de muchos remedios caseros
La tos, los dolores de garganta, las flemas y hasta la gripe tienen un aliado natural en los remedios caseros con miel. Recetas de las abuelas que vuelven a ponerse de moda gracias a su efectividad para sobrellevar de la mejor manera estos incómodos procesos
La larguísima historia de la miel ha hecho que esté muy ligada a la cultura popular y a lo que se conoce como los remedios o recetas de las abuelas. Quien más quien menos tiene en su mente alguna mezcla de miel con otros ingredientes para aliviar la tos, paliar los efectos de la gripe o suavizar la garganta. Por mucho que pase el tiempo, los medicamentos avancen y algunos antídotos caseros queden relegados a un segundo plano, los remedios caseros de miel sobreviven en muy buena forma. Incluso existe un regreso a esas fórmulas de las abuelas al comprobar que siguen funcionando y que además son totalmente naturales.
Remedios caseros para la tos
Si tenemos en cuenta las propiedades y beneficios del endulzante de las abejas, es lógico pensar que gran parte de los remedios caseros con miel se centren en las afecciones de garganta. Incluso por sí sola o diluida en leche o agua, este producto ya consigue un efecto calmante instantáneo. En este capítulo, la tos es un fenómeno muy molesto que puede acabar incluso provocando vómitos y una grave irritación de garganta. Muchas personas que la sufren recurren inmediatamente a algún jarabe que se vende en farmacias, pero la miel es un aliado idóneo.
Para la tos seca
Existen un sinfín de remedios caseros para la tos con la miel como protagonista. El más clásico consiste en tomar un vaso de leche caliente con una buena cucharada de miel. Esta misma receta se puede realizar con agua. En ambos casos se trata de un remedio muy práctico para la tos seca, ya que de esta forma conseguimos suavizar la garganta, protegerla y, además, hidratarla.
Para la tos persistente
La mezcla de la miel con limón también trae buenos resultados cuando hablamos de la tos persistente. Para ello hay que exprimir una pieza de este cítrico, mezclar el jugo con agua caliente y diluir en ella una cucharada de miel. El resultado es un excelente antiséptico que además ayuda a calmar la tos. Se trata de una mezcla idónea para tomar, por ejemplo, antes de ir a dormir.
Una de las principales ventajas de la miel para luchar contra la tos es que puede ser tomada por personas de todas las edades, desde bebés hasta ancianos. Un estudio publicado por la revista “Pediatrics”, perteneciente a la Academia Americana de Pediatría, ha demostrado la efectividad de la miel para mitigar la tos en bebés. Incluso aseguran que el endulzante de las abejas es mejor que el dextrometorfano, un ingrediente activo que poseen la mayoría de jarabes contra la tos.
Remedios caseros para paliar la gripe
De todos es sabido que la gripe es una enfermedad cuyos síntomas duran alrededor de una semana y contra la que no se puede luchar con antibióticos. Por lo tanto en estos casos el mejor consejo es la paciencia y la ingesta de analgésicos y antihistamínicos para atemperar sus efectos y sentirse algo mejor. Pero también existen remedios caseros para la gripe y en ellos la miel tiene un papel relevante.
Normalmente los médicos aconsejan hidratarse mucho con zumos e infusiones.
Si además se diluye en ellos una cucharada de miel estamos dando el organismo ese efecto hidratante, pero también antioxidante, antiviral y antimicrobiano. Como normalmente la gripe también va unida a la tos y a los dolores de garganta, su consumo tendrá los beneficios que relatábamos en el apartado anterior. Por si fuera poco, la propiedad energizante del producto de las abejas, también será muy bien recibida por el cuerpo, ya que durante la convalecencia por la gripe el organismo pierde muchas energías.
Remedios caseros para las flemas
Los remedios para la garganta irritada y para la tos en los que interviene la miel, también son aplicables a los procesos en los que se producen las incómodas flemas. Pero este caso se puede introducir un ingrediente nuevo que tiene unas consecuencias palpables, se trata de la pimienta blanca.
Un remedio natural para las flemas consiste en diluir la miel en una infusión o agua y añadirle un poco pimienta blanca. Con ello conseguimos que esta receta tenga una función expectorante y de esta forma lograr que las flemas se vayan expulsando a medida que tosemos.
Remedios caseros con jalea real, polen y propóleo
No sólo la miel es un ingrediente básico de un buen número de remedios caseros, también otras creaciones de las abejas como la jalea real, el polen y el própoleo se pueden combinar con otros productos para aliviar, calmar o curar determinadas dolencias.
La jalea real es muy efectiva, por ejemplo, para tratar las ojeras. Para ello hay que aplicarla alrededor de las cuencas de los ojos por sí sola o mezclada con aceite de almendras y dejarla reposar durante un cuarto de hora antes de retirarla con agua. Esta misma mezcla también consigue una piel más suave en manos y piernas.
Por su parte, las propiedades energizantes del polen se pueden potenciar mezclando este producto con la propia miel. A esta combinación se la conoce como ambrosía y era apreciada por los antiguos griegos como una fuente energética incomparable.
Mientras, el propóleo destaca por sus buenos resultados a la hora de tratar afecciones de garganta. Una buena receta consiste en calentar agua en un vaso, ponerle seis o siete gotas de propóleo y beberlo a pequeños sorbos o con una pajita.